
Turquia en moto: Anatolia y Capadocia
Uno de nuestros últimos viajes fue a Turquía central siguiendo la ruta del famoso Rally Transanatolia. Muchos de nosotros hacía años que queríamos hacer esta travesía por la fama de sus escarpadas montañas y lo atractivo de la cultura local. Por este motivo, las ganas de llegar y subirnos a las motos estaban más presentes que en otras ocasiones.
Llegamos a Antalya tras una escala en Estambul y nos alojamos en un exótico hotel donde pasamos la noche. Al día siguiente, después de un buen desayuno, nos dirigimos a recoger las motos a la base para empezar la aventura.
Salimos desde Alanya hacia Emenek, nuestro destino. Una ruta de aproximadamente 200 kilómetros en la que atravesamos los impresionantes montes Tauro y sus pedregosos caminos hasta llegar a Cayarasi, donde paramos a comer algo. Por la tarde nos adentramos en el valle del río Emenek hasta llegar al hotel, donde nos pudimos dar una buena ducha y comentar con los compañeros las primeras sensaciones del viaje.
En nuestro tercer día volvimos a encarar los Montes Tauro, pero esta vez en dirección a Karaman, ciudad natal del célebre militar y cartógrafo otomano Piri Reis, de quien se dice que pudo descubrir América antes que el mismísimo Cristóbal Colón.
Subidos a nuestras motos surcamos las extensas planicies de Anatolia hasta el hotel donde hicimos noche.
Al día siguiente retomamos las planicies de Anatolia rodando por pistas y caminos de grava hasta llegar a Guzelyurt, lugar donde empieza la zona de la Capadocia. Allí comimos, visitamos la ciudad subterránea y pudimos descansar en el hotel con 250 kilómetros más a nuestras espaldas.
El quinto día lo dedicamos a conocer la Capadocia recorriendo 200 kilómetros bordo de nuestras KTM, cruzando el cañón de Ihlara y también la zona de Ortanhisar, donde se encuentran las formaciones rocosas tan características de esta zona del planeta.
Poder disfrutar de un paisaje como ese fue una experiencia increíble para todo el grupo y la sorpresa fue aún mayor al descubrir que el hotel en el que nos alojaríamos las próximas tres noches estaba esculpido en la piedra y tenía cuevas como habitaciones.
A la mañana siguiente dejamos las motos de lado y aprovechamos para disfrutar de un vuelo en globo aerostático que nos mostró la zona que habíamos recorrido y unas vistas inolvidables. Tras esta espectacular experiencia nos volvimos a subir en las motos para visitar el cercano pueblo de Zelve a través de senderos que nos dejaron sin aliento y que nos llevaron después a los pueblos de Avanos y Uchisar para acabar, finalmente, retornando al hotel.
El séptimo fue nuestro último día de moto y teníamos que exprimirlo al máximo.
Salimos con las KTM en dirección al Valle del Amor y, una vez allí, desde aquí seguimos un sendero que nos llevó hasta las montañas Erceğiz y la estación de esquí High Volcano. Una vez contemplado semejante paisaje volvimos al hotel donde nos esperaba una deliciosa cena de despedida y la agridulce sensación de que nuestra aventura se acercaba a su fin.
Al día siguiente, de camino al aeropuerto, nuestros andares eran pesados y se notaba la fatiga acumulada, algo que contrastaba con las caras de satisfacción que teníamos todos.